viernes, 2 de noviembre de 2007

Luditas del Mundo, uníos...

…no tenéis nada que perder salvo vuestros celulares.

Así podríamos comenzar, parecido a como hacían los libros de la Editorial Progreso en tiempos menos (o más para algunos) felices.

Lo cierto es que el cliché de moda entre la intelectualidad bienpensante es la globalización: o cómo la mayor integración económica entre los países ha aumentado la desigualdad de ingresos. Yo, siendo más creyente en el libre mercado, me tomaba esos comentarios con ligereza y un poco de humor, no podía ser que la desigualdad de ingresos aumentase con el crecimiento económico, sin embargo, el último Informe de Perspectivas de la Economía Mundial, publicado por el Fondo Monetario Internacional y convenientemente titulado “Globalización y Desigualdad” les da un poco de carburante a los acérrimos enemigos del modelo de libre mercado internacional.

¿Por qué esto? Porque el informe se apoya en estadísticas metodológicamente consistentes del Banco Mundial para mostrar que en general la desigualdad de los ingresos ha ido aumentando en los últimos 20 años en todo el mundo (ver gráfico abajo).




De este modo, el opositor vocal y enconado del libre comercio puede argumentar que esta desigualdad es fruto de la mayor apertura que han tenido los mercados globalmente. Sin embargo, esto sólo revelaría que es un mal lector, ya que en el mismo informe se muestran cuáles son los orígenes de este aumento de desigualdad en el mundo.



En este gráfico se nos muestra que si bien la globalización ha incidido en la variación de la distribución de los ingresos, el grueso de la inequidad se origina en el progreso tecnológico (por eso el título de este post). ¿Por qué sucede esto? Debido a que el surgimiento de nuevas tecnologías otorga un premio sustancialmente superior a aquellos que las dominan. Harald Beyer (Estudios Públicos 97, 2005) nos muestra en este gráfico cómo ha ido evolucionando el premio o rentabilidad de la educación en Chile con el tiempo:



Es decir, el progreso tecnológico (y no el libre mercado o la inversión extranjera) serían los principales culpables de que el retorno de la educación terciaria se disparara, contribuyendo con ello a la ampliación de la brecha entre ricos y pobres en nuestro país y el mundo.

Si aplicamos los resultados del informe del FMI a la realidad chilena se aclara en parte lo que planteó el mismo Harald Beyer junto a Patricio Rojas y Rodrigo Vergara en el año 2000 (Estudios Públicos 77, 2000), en este informe se planteaba ya que el nexo entre la apertura comercial y el aumento de la desigualdad era muy tenue y daba esperanzas de que el aumento de la población universitaria aumentaría los ingresos de un grupo importante (y como corolario, que la desigualdad se incrementaría producto de esta alza).

Por lo tanto, echémosle menos la culpa a los tratados de libre comercio y más a los celulares, internet y toda la marea de tecnologías que usamos a diario. Preocupémonos menos de los supuestos culpables de la globalización y tratemos de paliar las consecuencias con más y mejor educación… pero eso da para un nuevo y largo post.

(Otro Disclaimer: La existencia del informe del FMI, así como sus consecuencias para Luditas y antiglobalizadores la obtuve de este artículo de Clive Crook en el Financial Times)

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